
Hola vecinos de Chapinero, les escribe Jorge I. Peña.
Decidí crear este Blog para que por medio de él nos comuniquemos con dudas inquietudes y cualquier cosa que quieran y concierna nuestro entorno.
¿Por qué la política?
La verdad, estoy mamado de ver tanto despelote en mi ciudad y en mi país. Me parece inconcebible que ya entrado el siglo XXI estemos dejando un ejemplo tan inconsistente a nuestras generaciones futuras. Los colombianos trabajamos un montón, mucho más que un ciudadano del primer mundo en promedio, pero por nuestro desorden y falta de planeamiento y previsión (sumado al hecho de que la gente no tiene un compromiso real con la nación) la productividad nuestra es inferior a la de las naciones primer-mundistas. A este país muchos lo ven como una piñata, en la que sólo están esperando, cual pescador en río revuelto, a ver que tajada le sacan sin calcular el daño que le hacen a sus propios hijos en la desbandada y pillaje.
Hace un año largo el pánico se apoderó de mi, y si ahora estoy metido en la política, debo darle gracias al gobierno pasado. El ambiente de zozobra que transpirábamos entonces (hasta rumores de guerra con vecinos había), la posibilidad de que continuara gobernando ese discurso de extremismos y polarizaciones -que menos mal el presidente en ejercicio destronó- y la cantidad de irregularidades mediáticas de las que pude ser testigo hicieron que mi compromiso con la campaña presidencial de Antanas Mockus fuera total.
Fue entonces que decidí ofrecerme como voluntario -nunca nos pagaron un centavo- para cualquier cosa que tuviera que hacerse durante esas elecciones, participé en la conformación del comité local de Chapinero por el Partido Verde (algo que me llenó de ilusión, puesto que estudié Biología) y empecé a empaparme de la movida política, no sólo nacional sino local.
Llegado Julio de 2010, ya había comentado mis intereses en lanzarme al ruedo electoral: Me parecía (y sigue pareciendo) que debía asumir un rol más proposicional y menos criticón en cuanto al manejo de la administración del que siempre ha sido mi sector (Nací en la clínica Palermo, fui a la guardería del Hospital Militar, viví en Chapinero Alto entonces de donde me trastee al Antiguo Country mientras estudiaba en el Liceo Francés Louis Pasteur... En fin, hasta mis papás se conocieron en el parque de los hippies hace unos 40 años)
Por todo esto puedo decir ¡Gracias Uribe!
Siendo realistas, sin él y el teatro que se montó en buena parte de la administración pasada, estoy casi que convencido que nunca habría entrado al mundo de la política.
Al tiempo debo decir ¡Gracias Mockus!
De no ser por la gente que se envolvió en el tema político en esas elecciones; gente que desde su perspectiva ciudadana (y no de político) empezó a soñar con muchas cosas... no habría sentido quizá ese entusiasmo, esas ganas de entrar y buscar que alguien como yo (¡Y quién mejor que yo!) me represente en las decisiones que se toman para regular mi entorno.
Estuve a la expectativa en el Partido Verde para ver cómo se entregaban los avales para los candidatos, algo que nunca pude saber porque este tornó hacia lo increíble. Yo creo que al igual que muchos millones de colombianos, contradictores incluidos, nunca esperé que el actual candidato de ese partido a la Alcaldía Mayor, presidente de la colectividad, fuera a pasarse por la faja el mandato popular que hizo el pueblo al apoyar al Verde contra el continuismo. La entrada de Uribe era sencillamente inaceptable.
Me fui, como muchos otros, y quedé en el aire desde el 9 de Junio de este año (2011). Discutiendo con los demás si buscábamos firmas para lanzarnos, si asumíamos el costo de las pólizas que para eso se necesita. Los acercamientos con la ASI fueron secretos -he aprendido que eso es de lo más feo de la política, pero de lo más necesario- y sólo hasta el final supe que sí contaba con la aprobación de ese partido para lanzarme. Lo dudé: tantos brincos en tan poco tiempo me habían vuelto a despertar ese recelo que siempre carga uno cuando de lidiar con política (y políticos) se trata. Pero en parte porque hubo gente que me apoyó todo el tiempo, y en parte porque ya había empezado a soñar con llegar a entrar en ese mundo de forma directa, decidí aceptar y mandarme como candidato a Edil.
A mis 33 años es una decisión difícil. Es un giro total en mi vida y es una responsabilidad que quiero asumir completamente; por mi herencia cultural y familiar, porque creo que personas como yo podemos aportar mucho para que esta sociedad prospere a futuro y dejemos de soñar con que nuestros hijos terminen viviendo en el exterior... suena crudo pero así es.
Uno creería que con ser juicioso en la preparación y estudio para la tarea administrativa a la que se aplica, a la que me postulo, basta ¡Pero no! Hay que hacer campaña (y esto si que me agarró con los pantalones abajo, porque por mucho que me informé, una cosa es estar en eso y ver cuanto cuesta, cómo se hace y cómo se mantiene uno mientras los gastos crecen y crecen). Y cómo estoy en campaña, dejo hasta acá esta entrada, deseándoles a todos lo mejor, y prometiendo que dentro de poco vuelvo para subir la información que corresponde a los lineamientos generales y propuestas para que mi localidad, su localidad, se vuelva EJEMPLAR.
Es mi parecer que si en Chapinero no logramos llegar a una convivencia cada vez mejor, en ese Chapinero donde la gente es más bien culta y educada, donde no se sufre tanto con las desigualdades, pero que sin embargo es berrácamente desigual (Hay que ir a San Luis, yendo a la Calera para notar un poco "el otro Chapinero"), no podremos pedirle al resto del país que se transforme y que muestre signos de civismo y solidaridad.
La división administrativa de Bogotá en localidades no tiene herencia municipal (que es la verdadera agrupación social de la gente), fue creada de un plumazo, para ayudar a administrar -valga lo redundante- el distrito. Pero bueno, al igual que la cédula de ciudadanía, es algo que heredamos de nuestros padres. Y por lo mismo es algo por lo que tenemos que responder para darle un buen ejemplo a nuestros hijos.
Un abrazo a todos. Hasta pronto.
Decidí crear este Blog para que por medio de él nos comuniquemos con dudas inquietudes y cualquier cosa que quieran y concierna nuestro entorno.
¿Por qué la política?
La verdad, estoy mamado de ver tanto despelote en mi ciudad y en mi país. Me parece inconcebible que ya entrado el siglo XXI estemos dejando un ejemplo tan inconsistente a nuestras generaciones futuras. Los colombianos trabajamos un montón, mucho más que un ciudadano del primer mundo en promedio, pero por nuestro desorden y falta de planeamiento y previsión (sumado al hecho de que la gente no tiene un compromiso real con la nación) la productividad nuestra es inferior a la de las naciones primer-mundistas. A este país muchos lo ven como una piñata, en la que sólo están esperando, cual pescador en río revuelto, a ver que tajada le sacan sin calcular el daño que le hacen a sus propios hijos en la desbandada y pillaje.
Hace un año largo el pánico se apoderó de mi, y si ahora estoy metido en la política, debo darle gracias al gobierno pasado. El ambiente de zozobra que transpirábamos entonces (hasta rumores de guerra con vecinos había), la posibilidad de que continuara gobernando ese discurso de extremismos y polarizaciones -que menos mal el presidente en ejercicio destronó- y la cantidad de irregularidades mediáticas de las que pude ser testigo hicieron que mi compromiso con la campaña presidencial de Antanas Mockus fuera total.
Fue entonces que decidí ofrecerme como voluntario -nunca nos pagaron un centavo- para cualquier cosa que tuviera que hacerse durante esas elecciones, participé en la conformación del comité local de Chapinero por el Partido Verde (algo que me llenó de ilusión, puesto que estudié Biología) y empecé a empaparme de la movida política, no sólo nacional sino local.
Llegado Julio de 2010, ya había comentado mis intereses en lanzarme al ruedo electoral: Me parecía (y sigue pareciendo) que debía asumir un rol más proposicional y menos criticón en cuanto al manejo de la administración del que siempre ha sido mi sector (Nací en la clínica Palermo, fui a la guardería del Hospital Militar, viví en Chapinero Alto entonces de donde me trastee al Antiguo Country mientras estudiaba en el Liceo Francés Louis Pasteur... En fin, hasta mis papás se conocieron en el parque de los hippies hace unos 40 años)
Por todo esto puedo decir ¡Gracias Uribe!
Siendo realistas, sin él y el teatro que se montó en buena parte de la administración pasada, estoy casi que convencido que nunca habría entrado al mundo de la política.
Al tiempo debo decir ¡Gracias Mockus!
De no ser por la gente que se envolvió en el tema político en esas elecciones; gente que desde su perspectiva ciudadana (y no de político) empezó a soñar con muchas cosas... no habría sentido quizá ese entusiasmo, esas ganas de entrar y buscar que alguien como yo (¡Y quién mejor que yo!) me represente en las decisiones que se toman para regular mi entorno.
Estuve a la expectativa en el Partido Verde para ver cómo se entregaban los avales para los candidatos, algo que nunca pude saber porque este tornó hacia lo increíble. Yo creo que al igual que muchos millones de colombianos, contradictores incluidos, nunca esperé que el actual candidato de ese partido a la Alcaldía Mayor, presidente de la colectividad, fuera a pasarse por la faja el mandato popular que hizo el pueblo al apoyar al Verde contra el continuismo. La entrada de Uribe era sencillamente inaceptable.
Me fui, como muchos otros, y quedé en el aire desde el 9 de Junio de este año (2011). Discutiendo con los demás si buscábamos firmas para lanzarnos, si asumíamos el costo de las pólizas que para eso se necesita. Los acercamientos con la ASI fueron secretos -he aprendido que eso es de lo más feo de la política, pero de lo más necesario- y sólo hasta el final supe que sí contaba con la aprobación de ese partido para lanzarme. Lo dudé: tantos brincos en tan poco tiempo me habían vuelto a despertar ese recelo que siempre carga uno cuando de lidiar con política (y políticos) se trata. Pero en parte porque hubo gente que me apoyó todo el tiempo, y en parte porque ya había empezado a soñar con llegar a entrar en ese mundo de forma directa, decidí aceptar y mandarme como candidato a Edil.
A mis 33 años es una decisión difícil. Es un giro total en mi vida y es una responsabilidad que quiero asumir completamente; por mi herencia cultural y familiar, porque creo que personas como yo podemos aportar mucho para que esta sociedad prospere a futuro y dejemos de soñar con que nuestros hijos terminen viviendo en el exterior... suena crudo pero así es.
Uno creería que con ser juicioso en la preparación y estudio para la tarea administrativa a la que se aplica, a la que me postulo, basta ¡Pero no! Hay que hacer campaña (y esto si que me agarró con los pantalones abajo, porque por mucho que me informé, una cosa es estar en eso y ver cuanto cuesta, cómo se hace y cómo se mantiene uno mientras los gastos crecen y crecen). Y cómo estoy en campaña, dejo hasta acá esta entrada, deseándoles a todos lo mejor, y prometiendo que dentro de poco vuelvo para subir la información que corresponde a los lineamientos generales y propuestas para que mi localidad, su localidad, se vuelva EJEMPLAR.
Es mi parecer que si en Chapinero no logramos llegar a una convivencia cada vez mejor, en ese Chapinero donde la gente es más bien culta y educada, donde no se sufre tanto con las desigualdades, pero que sin embargo es berrácamente desigual (Hay que ir a San Luis, yendo a la Calera para notar un poco "el otro Chapinero"), no podremos pedirle al resto del país que se transforme y que muestre signos de civismo y solidaridad.
La división administrativa de Bogotá en localidades no tiene herencia municipal (que es la verdadera agrupación social de la gente), fue creada de un plumazo, para ayudar a administrar -valga lo redundante- el distrito. Pero bueno, al igual que la cédula de ciudadanía, es algo que heredamos de nuestros padres. Y por lo mismo es algo por lo que tenemos que responder para darle un buen ejemplo a nuestros hijos.
Un abrazo a todos. Hasta pronto.